Bendicen Seminario Diocesano
Por Benjamín Pacheco, Periodico El Vigia|25 de Agosto
La Eucaristía de inauguración, bendición y consagración, fue realizada ayer con un mensaje que recordó la ejemplar vida de Rafael Guízar y Valencia

Con un mensaje centrado en la vocación sacerdotal consagrada a Jesucristo, y un homenaje a la ejemplar vida de Rafael Guízar y Valencia, primer obispo mexicano canonizado por la Iglesia Católica, fue realizada ayer la Eucaristía de inauguración, bendición y consagración del Seminario Diocesano.

La misa fue celebrada por el obispo de Ensenada, Rafael Valdez Torres, en las instalaciones del seminario ubicado en el ex Ejido Chapultepec, sitio al que acudió el monseñor Ramón Castro -de Cuernavaca-, así como sacerdotes de Tijuana, Guadalajara, Campeche y de la Diócesis de Ensenada.

"Hoy queremos poner en manos de Dios esta obra de la Iglesia, y queremos que sea Jesucristo el buen pastor el que bendiga el caminar de esta institución que proveerá de pastores a la iglesia diocesana”, dijo Valdez Torres.

VOCACIÓN SACERDOTAL

La lectura correspondió al Evangelio según san Mateo, que refiere el recorrido de Jesús por pueblos y sinagogas, curando enfermedades y dolencias.

El obispo de Ensenada destacó que el seminario permite la posibilidad de revivir la experiencia formativa que el Señor le dedicó a los 12 apóstoles.

"No se puede ser sacerdote si no se enamora el seminarista de Cristo y el Evangelio. El sacerdote no puede serlo sin Cristo; la pasión consiste en servirle y darlo a conocer con verdadera pasión. La vocación del sacerdote puede germinar cuando se hace en un clima propicio”, señaló.

Luego destacó que Ensenada tiene antecedentes históricos de vocación sacerdotal, pues en la plaza se fundó el primer seminario de Baja California, y recordó las cuatro etapas de evangelización realizadas por los jesuitas, franciscanos, dominicos y los enviados del Papa Pío XII.

Y de Guízar y Valencia, a quien estará dedicado el seminario, leyó una semblanza en la que destacó la devoción del también llamado "Obispo Santo” y "Obispo Pobre”, además de "ejemplo de quien ha dejado todo para seguir a Jesús”, pues tuvo una vida llena de traslado y persecuciones.

Tras encomendar el lugar para que sea el óptimo para el pueblo de Dios en Ensenada, Valdez Torres procedió a la aspersión del agua bendita, y posteriormente recibió las ofrendas, mismas que fueron entregadas a título personal, de grupo o parroquial.

FRASE

"Hoy queremos poner en manos de Dios esta obra de la Iglesia, y queremos que sea Jesucristo el buen pastor el que bendiga el caminar de esta institución que proveerá de pastores a la iglesia diocesana”

Obispo Rafael Valdez Torres