EL RETO DE ORGANISMOS EMPRESARIALES
Por MARCO ESTUDILLO BERNAL, Boletin|1 de Mayo

La vida económica de México, Baja California y Ensenada atraviesa por uno de los desafíos más complicados de los últimos 100 años, la Pandemia del Covid-19, ha sido un virus que ha incidido no nada más en la salud física de la humanidad, sino en la salud económica de cada país que ha sido víctima del nuevo Coronavirus.

Sin profundizar, pero con el planteamiento de la realidad económica nacional, te comparto que en la encuesta de marzo para especialistas del sector privado de Banxico, se estimó un decrecimiento de la economía mexicana en 2020 de (-)3.99%, aunque existen estimaciones de caídas más pronunciadas, como las de Bank of America y JP Morgan, de (-)8.0% y (-)7.0%, respectivamente. 

La fuerte contracción económica se espera en un año que sigue al 2019, cuando la economía mexicana tuvo una tasa de crecimiento de (-)0.1%, la más baja desde 2009. 

Con una proyección poco halagüeña para la economía mexicana, hoy el papel de los organismos empresariales y de la sociedad civil y de los colegios de profesionales jugarán un papel decisivo para la recuperación y la estabilización de nuestro país, de nuestro estado y municipio.

Los organismos empresariales tienen en sus integrantes historias muy importantes de esfuerzos para generar entidades económicas que deben ser tomados en cuenta, están integradas, válgame la redundancia por empresarios que han pagado el precio en la vida por querer generar autoempleo y empleo para otros, el costo de las inflaciones, las devaluaciones, el incremento de impuestos, de los hidrocarburos, de la seguridad social.

Los empresarios son también ciudadanos, son gente que trabaja y ha trabajado, que estudia, se entrega, muchas veces más que tantos otros sectores de la sociedad y hay que decirlo, el empresario no se ve sin los trabajadores, ellos, sus colaboradores, el equipo, son la sangre de las empresas, sin ellos, los empresarios no tienen razón de ser y esa premisa, es poco tomada en cuenta.

No se puede olvidar que es precisamente el sector empresarial, el mayor generador de empleo, parte fundamental en la cadena de contribuciones para el gasto público, sin las empresas, no hay empleados, sin empresas y sin empleados, no hay impuestos, lo que habría sería caos.

Hoy el empresario tiene que ser escuchado y tomado en cuenta, no como solo capital, sino como factor social, como un verdadero generador de satisfactores, constructor de sueños, sueldos, y desarrollo.

Tenemos que recordar que las empresas son el eslabón fundamental en la generación de empleos de México, en donde más del 80% de ellos provienen de las micro y pequeñas, por lo que su importancia es mayúscula para el devenir de nuestra nación y estado.

El sector empresarial està formado por mujeres y hombres que sienten, no son ajenos a las necesidades, y son las historias de emprendedores motivados por salir adelante, que han pagado el precio con sufrimiento y sacrificios, lo que los hace sensibles y empáticos.

Hoy más que nunca, las empresas deben ser escuchadas por el gobierno en sus tres niveles para determinar las políticas públicas, porque es de la mano cómo pueden satisfacer a la sociedad y al mercado.

Tenemos que entender que la diferencia de opiniones y la democratización en ese sector no puede ser vista como división, sino como ejercicio de fortalecimiento para que en la discrepancia haya tolerancia y en la concordancia, haya entendimiento y crecimiento.

Hay gran valor en el trabajo colegiado, es por ello que hay un llamado a que todo empresario, pueda sumarse a los organismos para fortalecerlos. así como sucede y debe crecer la participación de cada ciudadano en la vida política de la sociedad, en donde la opinión y la participación de la toda la comunidad ha generado poderoso cambios, en la vida empresarial, la integración de más socios, le dará más vida, metas, objetivos y resultados a la competitividad que tanto necesitamos.

Es trascendental encontrar buen término con el gobierno en sus tres niveles, porque las propuestas asertivas del sector, no deben nunca ser tomadas por el gobierno como agresión; la premisa es sencilla, queremos lo mismo, una mejor sociedad.

Hoy tenemos que embonar entre sociedad civil, gobierno y empresa como grandes aliados, como un solo equipo remando parejo, empujando parejo, pedaleando juntos hacia los mismos objetivos, con una visión, la del México de grandes resultados y de crecimiento sostenido.