Apoyó ensenadense en CDMX tras sismo
0Periodico El Vigia|5 de Octubre
Edgardo González García, empleado de oficina y rescatista por vocación participó en la liberación de 12 personas bajo los escombros de diferentes edificios

Ensenada, B. C.

El ensenadense Edgardo González García participó en las labores de rescate de 12 personas en el sismo de magnitud 7.1 en la Ciudad de México, al incorporarse a un equipo conformado por expertos de Baja California Sur.

Durante su estancia colaboró de cerca con españoles, israelitas, uruguayos y estadounidenses, además de atestiguar la solidaridad de los residentes de una de las ciudades más grandes del mundo.

El hombre de 38 años estuvo durante cinco días en la zona como integrante de “Grupo Rescate Baja Sur”, que reunió a voluntarios de las agrupaciones “Calafia” y “Sierra”, encabezados por el comandante Isaías Alejandro López Morales.

Guiado por sonidos, olores y demás detalles que lo acercaran a los sobrevivientes, Edgardo se movió en forma estratégica entre los escombros y -con la coordinación de las autoridades locales- ayudó a encontrar gente atrapada entre restos de lo que, apenas unos días antes, fueran bardas, casas y departamentos.

Ya de vuelta al puerto, compartió a El Vigía su testimonial sobre lo que le tocó ver y enfrentar en los siguientes días a la terrible jornada del 19 de septiembre.El llamado del sur

En el puerto de Ensenada, Edgardo es un trabajador de oficina. Su vida cotidiana transcurre como un asistente que realiza pagos y depósitos, además de labores de chofer.

Lo que distingue al joven, es que cuenta con cursos completos de búsqueda y rescate con perros entrenados, mismos que le interesaron a una edad temprana. Participó en algunas labores de localización pero nunca en un desastre natural.

Al igual que millones de mexicanos, se enteró del sismo en la televisión, por lo que decidió buscar un equipo en el que pudiera ayudar. Quería integrarse a una brigada, pero no pudo hacerlo en la localidad. Tuvo más suerte con sus amistades en La Paz, quienes lo contactaron para ofrecerle un lugar en su equipo, pues habían encontrado patrocinadores.

Así fue como llegó a la Ciudad de México y formó parte de un equipo de 11 personas, quienes se coordinaron con Protección Civil para visitar diferentes zonas.

Edgardo contó a El Vigía que de esta forma estuvieron cerca de Xochimilco, Polanco (con Topos Azteca) y la Colonia del Valle, donde le tocó ver de cerca las acciones del Ejército y la Marina, así como de los voluntarios.Tarea minuciosa

Luego de confirmarse de que había indicios de personas atrapadas, los rescatistas se prepararon para una tarea minuciosa, técnica, pues tenían que resolver la forma de entrar. Normalmente era luego de que los voluntarios retiraban el escombro.

“Es muy difícil trabajar porque son zonas inaccesibles. Tienes que guiarte con sonidos, olores, muchas cosas. Era nuestra labor. Hacer rescates de víctimas (sobrevivientes) o víctimas fatales.

“Estuvimos durmiendo una hora por noche. No te da sueño con la cuestión de la adrenalina y las prisas por querer sacar a las personas, porque no sabes si están fracturadas, desangrando o deshidratadas. El cansancio que sufrimos fue mental. Cuando llegué aquí me cayó de golpe el cansancio físico”, recordó Edgardo, además de destacar la cooperación de la gente.

Los lugares en los que descansaron, cuando podían, incluyeron casas de campaña instaladas en el patio de una casa; tres días en el estadio olímpico de la UNAM y las últimas dos noches en un hotel, gracias al patrocinio obtenido.

“Me pesó no haber hecho más. Me hubiera gustado haber hecho más o haberme quedado más tiempo, (aunque) me vine satisfecho. Lo que pensé que iba a hacer, lo logré: labor rescate, salvar gente”, expresó.Los sobrevivientes

En total, gracias a la colaboración del equipo sudcaliforniano, rescataron a 12 personas. Todos mexicanos y de diferentes edades, entre vivos y muertos. Concluyeron su labor en la Ciudad de México cuando las autoridades les indicaron que, en las zonas en las que habían estado, ya no había sobrevivientes.

Edgardo contó que, en forma personal, le tocaron dos rescates: una niña -entre 6 y 7 años- y un joven. La primera tenía un tobillo fracturado. Estaba debajo de una barda. Al tratar de salir, junto con su tía, quedaron atrapadas.

La tía falleció, pero a la niña la oían quejarse. Tardaron alrededor de cinco horas en llegar a ella, abrirse paso entre los escombros, trabajar con cuidado. No supo su nombre. Sólo la entregaron a los paramédicos.

El segundo caso fue el de un muchacho que estaba muy lastimado de sus brazos. Le cayeron unos departamentos. Gritaba y se quejaba bastante. Estaba asustado, en medio de una crisis. Tardaron dos horas en llegar a él, luego de sortear un ruta debajo de una losa y muebles.

“Hasta que estás ahí y lo vives, lo sientes. Te das cuenta del tamaño del problema. Es una montaña rusa de emociones: ruido, maquinaria, la gente, los gritos, ambulancias, desesperación. Son muchas emociones encontradas, pero me dejó una satisfacción.

“Me han preguntado que si lo volvería a hacer. Claro que sí. Para mí, servir o apoyar, es algo que me trae muchas satisfacciones”, concluyó el rescatista ensenadense.Fotos y video

Los interesados en ver fotografías y videos en las zonas del sismo de magnitud 7.1, podrán visitar el perfil de redes sociales de Edgardo González García: https://www.facebook.com/edgarbajaoffroad.