Honran a rescatistas; dos son de Ensenada
0Periodico El Vigia|1 de Octubre
Los voluntarios porteños Julián Orozco y Luis Saldaña fueron asignados a los trabajos de rescate en el edificio de Álvaro Obregón 286

Ensenada, B. C.

El gobernador Francisco Vega de Lamadrid entregó medallas a los 38 elementos y dos canes que participaron en labores de rescate en los edificios derruidos de la Ciudad de México, a consecuencia del sismo del 19 de septiembre.

Entre quienes recibieron ese reconocimiento se encuentran los ensenadenses Julián Orozco y Luis Saldaña, integrantes de la asociación civil Ens-Sar, quienes acudieron como voluntarios y fueron asignados a los trabajos de rescate en el edificio Álvaro Obregón 286, entre cuyos escombros se encontraban más de 40 personas.

En la ceremonia, Vega de Lamadrid destacó que una vez reportado lo ocurrido en el centro del país de inmediato se activaron los protocolos de Protección Civil en la entidad y se ofreció al Gobierno Federal toda la ayuda posible.

Indicó que el mismo 19 de septiembre se desplegó el contingente “Fuerza de Tarea Baja California 3”, conformado por 34 bomberos de Tijuana, un elemento de Protección Civil Municipal de Tijuana, dos rescatistas de En-Sar Ensenada, un rescatista voluntario de Tijuana y los dos canes “Rosy” y “Max”, de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y del Cuerpo de Bomberos de Tijuana, respectivamente.Solidaridad y valor

Entrevistado sobre los trabajos realizados en la Ciudad de México por los rescatistas ensenadenses, Julián Orozco informó que ambos fueron asignados a uno de los sitios donde se realizaban los mayores esfuerzos por tenerse conocimiento de que ahí se encontraban todavía muchas personas con vida.

Destacó y reconoció la solidaridad y respuesta de los habitantes de la capital del país quienes -dijo-, en una forma espontánea, noble y extraordinaria, suplieron con entusiasmo y valor la carencia de la maquinaría y preparación técnica para participar en los rescates.

Señaló que tanto él como Luis Saldaña habían realizado diversas prácticas y ejercicios sobre ese tipo de rescates, pero el enfrentar un hecho real fue una experiencia personal y profesional estremecedora.

“Era sorprendente ver las cadenas humanas de cientos de personas que literalmente pasándose cubeta a cubeta, limpiaban predios, removían escombros en forma coordinada, que nos brindaban comida y apoyo a todos los rescatistas”, agregó.