Cada año, el 12 de octubre es la fecha en que ciertos grupos de personas y sus corifeos se dedican a denostar las raíces hispanas de México y América.
Muchas de estas denostaciones van más allá del sentido común y reflejan una profunda ignorancia de la historia. Lo primero que salta a la vista es que se ponen a juzgar hechos que ocurrieron entre los siglo XVI y XVIII como si hubieran ocurrido en el siglo XXI, ignorando, o más bien creo que ocultando, que en esos tiempos se tenían valores muy distintos a los que hoy tenemos.
Recordemos que en el siglo XVI las relaciones entre las naciones eran de conquista y sometimiento. Si los españoles encontraron un continente desconocido para toda Europa, lo que se esperaría en su tiempo es que lo conquistaran y se apoderaran de él. Si ellos no lo hubieran hecho, los ingleses, los franceses, los holandeses, los portugueses o cualquier otro reino europeo hubiera entrado al quite, con el consiguiente riesgo para España. Como lo decía, la conquista fue una consecuencia de la época y no podemos culpar a España de ello.
Los grupos que menciono al inicio de este texto siempre insisten en que los españoles que llegaron al Nuevo Mundo eran genocidas, asesinos, violadores, ambiciosos y una larga lista de adjetivos descalificatorios. Hay que aclarar que los españoles no fueron genocidas, no buscaron el exterminio de los indios. Violadores tampoco eran; el mestizaje no se dio como producto de una violación, como algunos quieren hacernos creer, sino como resultado de matrimonios bien avenidos entre españoles e indias. Españoles ambiciosos sí los hubo; desde luego no todos, ni siquiera la mayoría, pero esto es parte de la condición humana.
DEFENSA DE LOS INDÍGENAS
Lo que ocultan quienes deforman nuestra raíz hispana es que hubo muchos españoles, como los misioneros, que lucharon a favor de los indios, buscaron que se les diera un trato justo y humanitario y los defendieron de los abusos. Los misioneros no buscaban oro ni poder, ni obligaban a los indios a hacerse cristianos, ni los quemaron por herejes, ni los martirizaron. Tampoco eran parte de ese sector de españoles codiciosos que solo buscaban su beneficio personal. También ocultan que la Inquisición nunca tuvo jurisdicción sobre los indios.
Lo que sí hicieron los misioneros fue solidarizarse con los indios, irse a vivir con ellos, a sus comunidades, aprendieron sus lenguas y les enseñaron lo mejor de nuestra cultura. Para hacer esto los misioneros no dudaron en abandonar su patria, sus familias, sus títulos académicos y algunos nobiliarios.
No dudaron en abandonar el mundo que conocían, para exiliarse en los confines de la tierra de entonces. Tampoco dudaron en arriesgar sus vidas por los indios y enfrentarse a los sectores de españoles codiciosos que querían esclavizar a los indios. No fueron pocos los misioneros que dieron la vida por los indios.
Con su defensa de los indios, los misioneros crearon lo que hoy conocemos como derechos humanos y derecho internacional. Gracias a los misioneros, España tuvo conciencia y respetó muchos de los derechos de los indios, como buena parte de sus territorios, sus lenguas y algunas tradiciones y costumbres.
Desde luego, todo este proceso de mestizaje no fue perfecto y hubo muchos abusos que, como lo señalé, muchos de ellos fueron cuestiones propias de la época.
Lejos de la supuesta intención de exterminar a los indios, los españoles propiciaron el mestizaje, tanto racial como cultural, y fue así que gracias a este proceso México nació, nacimos los mexicanos. El primer mestizaje lo dio el propio Hernán Cortés, quien tuvo un hijo con la Malinche, a quien siempre lo reconoció y se lo llevó a muchas de sus empresas.
A esos detractores de nuestra raíz hispana que cada año protestan por las "atrocidades” de los españoles, se les olvida mencionar a la colonización inglesa. Los ingleses si eran genocidas, ellos sí buscaron exterminar a los indios y jamás se mezclaron con ellos. Para los ingleses el mejor indio era el indio muerto, y así los fueron despojando de sus antiguos territorios y exterminando.
¿Y LAS ATROCIDADES DE HOY DÍA?
Una forma de darse cuenta de la poca honestidad de los grupos que promueven el odio hacia nuestra raíz hispana es el hecho de que al machacarnos las supuestas atrocidades de los españoles en los siglos pasados, nada dicen de las atrocidades a que han estado siendo sometidos a partir de la Independencia de México.
Estamos hablando de los últimos 200 años de despojos, mayores a los que hicieron los españoles, de mayores humillaciones y marginaciones, de un racismo no tan sutil y muy extendido en todo el país, de un nulo respeto a sus costumbres, su cultura y sus lenguas, y todo esto ocurriendo hasta el día de hoy en que sí existen derechos humanos. Con que nos asomemos a cualquier periódico, todos los días se publican los abusos y las agresiones a las que están siendo sometidos los indios de México.
Y de esto los detractores del hispanismo no dicen nada. Mucho menos van a ofrecer su apoyo solidario a las comunidades indias, ni se van a vivir entre ellos, ni conocen sus lenguas. Curiosamente, estos detractores hablan únicamente el español que tanto odian. Estos detractores tampoco renuncian a sus comodidades y, más bien, disfrutan de un bienestar que en buena parte se adquirió a costa de los indios. No luchan por los indios, ni buscan restituir agravios acumulados en 200 años.
Curiosamente, en su odio a lo hispano quieren hacernos creer que México existía antes de la llegada de los españoles, quieren hacernos creer que somos descendientes directos de los indios y que nuestra única raíz e identidad es indígena. Quieren hacernos creer que somos una nación conquistada, cuando en realidad somos una nación que surgió del mestizaje hispano-indio, iniciada y fundada por Hernán Cortés. La mayor parte de nuestra cultura la heredamos de España; lengua, religión, instituciones, entre lo más importante. También heredamos la conquista de los indios y, como país independiente, la hicimos más terrible y la hemos extendido hasta nuestros días.
GRUPOS QUE FOMENTAN EL ODIO
Los que están atrás de la negación de nuestra hispanidad, son grupos interesados en fomentar el odio entre los mexicanos. Insisten en abrir llagas que no son nuestras y las llagas de los indígenas no quieren que se cierren. Una sociedad en la que se fomenta el odio, no es una sociedad sana, como tampoco lo es aquella sociedad que no sabe identificar sus orígenes, raíces e identidades.
Estos grupos, en muchos casos, nacieron de grupos de poder más interesados en manipular para su conveniencia a la sociedad mexicana, y para ello no han dudado en pervertir la historia. En esto hay manipulaciones que parten de posturas ideológicas, pero hoy en día son más bien por interés de mantener confundido a un pueblo inculto, ignorante de su propio devenir, al que se le alimenta una baja autoestima, identificada siempre con los perdedores y vencidos.
Lejos de estas posturas de odio y de rencor, tenemos que pugnar por un reencuentro con nuestra verdadera historia. Tenemos que reconciliarnos con nuestro pasado y entenderlo en toda su magnitud, con sus tiempos y sus circunstancias.
En lo personal, me siento profundamente orgulloso de mis raíces hispanas y he estudiado con cierta profundidad la historia de España y de Europa que, querámoslo o no, es también parte de nuestra historia.
También estoy muy orgulloso de mis raíces indígenas y he procurado entender a los grupos indios que poblaron nuestra península, así como todo el noroeste de México. He convivido y trabajado con varios de estos grupos, precisamente para entender su punto de vista. Mi raíz indígena no se contrapone con mi raíz hispana, más bien me enriquecen.
ENCUENTRO INEVITABLE
Desde mi punto de vista, el 12 de Octubre sí fue el encuentro de dos mundos, encuentro que por lo demás era inevitable y se llevaría a cabo tarde o temprano. Con este encuentro quienes salieron perdiendo fueron los grupos indígenas, ya que, por desgracia, el encuentro ocurrió en un tiempo en que la humanidad no estaba lo suficientemente evolucionada como para entender y respetar las diferencias culturales entre los pueblos y naciones. Eran tiempos en que el más fuerte conquistaba al más débil, en ese tiempo no había de otra. Como lo decía, no se puede culpar de esto a España.
A quien sí se le puede culpar por una conquista continuada es al pueblo y al Estado mexicano, sobre todo al de estos años, ya que se supone hoy sí sabemos de respeto a las diferencias, a los derechos humanos, a la autodeterminación de las naciones indias. Pero continuamos haciéndoles agravios.
Como lo hiciera no hace mucho la Iglesia Católica, los mexicanos y el Estado mexicano, debemos pedirles perdón por tanto tiempo de injusticias y hacer un supremo esfuerzo por restituir despojos y sanar agravios. Los enemigos de nuestros indios no son los españoles, ellos se fueron de aquí hace muchos años; somos los mexicanos de hoy.
¿Tenemos algo que celebrar el 12 de octubre? Yo creo que sí, cuando menos conmemorar, ya que marcó el inicio de Hispanoamérica y el nacimiento del mestizaje y de naciones, como la mexicana. Por eso yo estoy de acuerdo con los términos de Día de la Hispanidad y Día de la Raza.
Y sabemos que aunque fue por los tiempos en que ocurrió, el resultado del encuentro fue de gran injusticia para los pueblos indios de América y por lo mismo, desde su óptica ciertamente no hay nada que celebrar. Más bien es un aniversario trágico para ellos.
Pero si queremos hacer algo por ellos, cada 12 de octubre, además de conmemorar a la hispanidad y al mestizaje, deberíamos de hacer ese día, un día de la solidaridad con los pueblos indígenas de América y promover eventos y movimientos para buscar que ese respeto absoluto que merecen, esa justicia que se les ha negado desde hace tantos siglos, ese derecho que tienen a existir conforme a sus culturas y evolucionar siguiendo sus patrones. En lugar de promover el odio contra nuestro pasado, promovamos un nuevo encuentro con esa parte de nuestra esencia que son los pueblos indígenas, el cual tiene que ser un encuentro basado en el respeto, buscando esa reconciliación con ellos y con nosotros mismos.