Reusar las aguas tratadas: necesidad y responsabilidad
Por Gerardo Sánchez/EL VIGÍA, Boletin|16 de Agosto

El reuso de las aguas tratadas en una región como Ensenada es una necesidad, pero también una gran responsabilidad, pues debe hacerse en las condiciones sanitarias y técnicas adecuadas, afirmó Leopoldo Mendoza Espinoza, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Integrante del Cuerpo Académico en Agua y Ambiente del Instituto de Investigaciones Oceanográficas (IIO), junto con otros académicos Mendoza Espinoza ha estudiado el reuso de aguas tratadas en Maneadero y los proyectos para utilizar dichas aguas en el Valle de Guadalupe.

Señaló que si bien en Maneadero se está utilizando agua tratada con éxito en la floricultura, no existen estudios sistemáticos sobre la calidad del agua empleada, ni sobre los efectos que tiene ese tipo de agua en los suelos de cultivo.

Referente al proyecto de traer 1,200 litros por segundo de aguas tratadas de Tijuana para el Valle de Guadalupe, dijo que no existen estudios científicos sobre los efectos que tendrían en los cultivos de vid y olivo.

Tampoco hay un reporte sobre la calidad del agua que se estaría trayendo, ni se habla de programas de monitoreo tanto de esas aguas grises como de sus efectos en los suelos del Valle de Guadalupe, añadió.

Sintetizó en una frase sus reservas en torno a quienes tratan de apoyar ese proyecto señalando que ese tipo de aguas ya se usan en vides californianas: "Napa no es Tijuana”.

Afirmó que también que es factible llevar aguas grises de la planta de El Sauzal hacia el Valle de Guadalupe, con un costo de inversión menor al que representaría traerlas desde Tijuana.

Mendoza Espinoza estuvo ayer como invitado de la sesión semanal del Grupo Madrugadores de Ensenada y a lo largo de su exposición reiteró la importancia y necesidad del reuso de las aguas tratadas, pero hacerlo en forma responsable, con una planeación adecuada y con estrictos controles sanitarios.