Ensenada cumple hoy 133 años
Por Redacción, Periodico El Vigia|15 de Mayo
Remembranzas de lo que hoy es el centro histórico

Los ensenadenses de fines del siglo X1X y principios del siglo XX pertenecían a una comunidad pequeña, vista con los ojos de hoy, la más alejada del centro del país, una sociedad no homogénea sino heterogénea, pero inserta dentro de una cultura, normas y costumbres que les daba un sentido de pertenencia a aquel tejido social, donde era reconocida su individualidad y su ser social, y un sentido de identidad que identificaba a unos frente a los demás y a la sociedad frente a otras por sus propias características.

Lo que hoy es el centro histórico en la actual Ensenada ya muy grande comparada con aquella otra, era el espacio de convivencia, en aquellos lejanos años, donde latían las actividades de la comunidad, y por sus avenidas y calles transitaban personajes como: Antonio Ma. Jáuregui, primer subjefe político del Partido Norte de la Baja California; Felipe Andrade, Lucas Palacio, Rafael Bareño, Rosario F. Cota, Fermín Cota, Francisco Andonaegui, Miguel Ormart, Lucio Carlos, Alberto López, Santos Cota Amador, Epigmenio Ibarra, Lic. P. Ramírez, Federico Appel, Luis Martínez, Gregorio Villarino, Enrique B. Cota, Eulogio Romero, Victorino Legaspy, Felipe Crosthwaite, Feliciano Aldrete, David Zárate Zazueta, Maximiliano Bernstein, Lic. Luis G. Caballero, Charles Bennett, Lic. Pedro Rendón, Ing. David Goldbaum, Dr. Bertram Peterson Hegge, Gustavo Strickroth, William Cochran, Francisco Beltrán, Juan Hussong, Frank Ulbrich, Lic.Genaro Lamadrid, Manuel Labastida, Andrés Dunn y otros más, entre fundadores y forjadores, y sus familias cuya presencia le daba vida a aquel pueblo naciente y capital del Partido Norte, convertido en 1888 en el Distrito Norte.

PARQUE REVOLUCIÓN

Los ensenadenses de aquellos años gustaban hacer sus paseos en el Parque Porfirio Díaz (hoy Parque Revolución), que en sus inicios fue considerado jardín botánico y para integrar su flora tropical con árboles y plantas que fueron traídos de distintas partes del mundo: Entre ellos el famoso árbol de corcho conocido por algunos viejos residentes y jaqueye rosa, platanillo, lirios, acacias, eucaliptos, fresnos, guayule, laureles, mimosa, pino, palma, pirú y rosales, entre otros lugar donde junto al hermoso quiosco estilo francés, muy propio de aquella época, la banda de música de la Compañía Fija acostumbraba deleitar a los paseantes con bellas melodías y motivarlos a bailar en el citado quiosco. Además se organizaban tamaladas y otros festejos que convocaban a un buen número de asistentes.

PASEO HIDALGO

Otro lugar que disfrutaban las parejas jóvenes y adultas era el famoso Paseo Hidalgo, donde se encuentra el monumento al cura don Miguel Hidalgo y Costilla, donde se celebraban eventos cívicos y las parejas hacían sus caminatas, descansaban en alguna de las 36 bancas que había alrededor del monumento que en aquellos tiempos tenía cuatro postes con cinco bombas de luz, un pequeño prado y una banqueta que lo circundaba.

La vista era bella, se podía apreciar la silueta de la bahía, la formación de olas y su deslizamiento sobre las arenas de la playa. La noche tendía su manto y los luceros que adornaban el firmamento infinito, daba la sensación de trascendencia. Las parejas expresaban su amor, los novios al oído de las bellas damas dedicaban versos propios o ajenos para expresar a través de ellos sus sentimientos esperando siempre una respuesta a su corazón solícito.

La música apagaba el sonido de las voces y agudizaba los oídos y despertaba el entusiasmo para iniciar algunos bailes donde las damas eran tomadas de sus esbeltas cinturas para cadenciosamente desplazarse mostrando su talento.

Durante el día las banquetas sentían y dejaban escuchar el sonido de los tacones y zapatos que iban y venían, salían y entraban a los negocios establecidos.

COMERCIOS Y HOTELES

La tienda de don Eulogio Romero, comerciante y comisionista, establecido en las calles Ruiz y Tercera; la botica del Dr. L. Y. Ketcham; Fortino S. Carrillo, (empresario de carruajes para pasajeros de Ensenada y Tijuana); J.N. Castillón, (toda clase de trabajos en joyería y relojería), ubicado en la avenida Ruiz; La Fama Italiana, (fábrica de pastas alimenticias); Caballeriza de Chaz Forbes, (se alquilan caballos ensillados y contrata la conducción de carga para las minas); Yun Kui, (comerciante, comisionista e importado); Manuel Labastida (abarrotes de toda clase); John Hussong (comerciante de vinos y licores); Andonaegui y Ormart (banqueros y comisionistas); Tucker Brothers (comerciantes); Talabartería M.k.Clemmets; Herrería y Carrocería de Hilario C. Fuentes; Dr. L. Goldschmiedt (médico, cirujano y partero); Cervecería de Ensenada (Avenida Riveroll y calle séptima); Bodegas Santo Tomás fundada en 1888, propiedad de Andonaegui y Ormart, vinos que hasta la fecha siguen deleitando el paladar del porteño; A.C. French, agente máquinas de coser Singer; y otros despachos y negocios, así como los hoteles: Pacheco, Bay View ubicado en la avenida Obregón y calle Segunda; el Hotel Hidalgo al costado del monumento a Hidalgo y el Hotel Iturbide (quemado en 1904) que estaba en la parte alta del cerro a espaldas y algo retirado del Hotel Hidalgo; el Cuartel militar construido en la década de 1880; Teatro Centenario ubicado en la Avenida Ruiz y Séptima; Palacio Municipal ubicado en Avenida Gastélum y Calle tercera; Restaurante La Flor de Italia y restaurantes chinos donde los ensenadenses se daban cita para convivir, dialogar y departir. En todos estos lugares y otros no citados los lugareños se encontraban, iniciaban diálogos que el tiempo desapareció, los saludos y muestras de afecto no se dejaban esperar y quizá también los desencuentros.

Sus calles fueron testigos de las fiestas de los carnavales que iniciaron desde 1892, donde todo el pueblo se daba cita y que hoy a la distancia de 123 años siguen siendo testigos -aunque a veces a la distancia- de aquellos eventos hoy multitudinarios.

Las calles, algunos edificios, los espacios que ocupan lo que hoy es o debe ser el centro histórico, turístico y cultural de Ensenada son las huellas de aquel ayer que nos dio sentido de identidad y pertenencia comunitaria, y que hoy debemos rescatar para conservar nuestra memoria histórica.

Sólo a través del recorrer y conocer esas rutas del ayer que transitaron nuestros antepasados y que esperan el sentir de nuestros pasos, tendremos ese encuentro con ese pasado que se quiere hacer presente en quienes aquí vivimos y en quienes nos visitan para que valoren nuestra propia identidad.

Ensenadenses: "Caminar el centro, Ensenada, B.C.” que ofrece el Patronato del Centro Histórico, Turístico y Cultural es la oportunidad de conocer nuestro patrimonio. No dejes de disfrutarlo con tu familia.

*Cronista honorario de Ensenada Patronato Centro Histórico, Turístico y Cultural de Ensenada Fototeca del Archivo Histórico de Ensenada. Colecciones Heberto Peterson Legrand, Dr. Fernando Araujo Cota y André Williams.