El Nombre California
0Periodico El Vigia|20 de Mayo
Muchos estadounidenses ignoran el origen de California y en su prosperidad pretenden que el nombre sea exclusivo de ellos, así como sucede con el nombre del continente, América. La California estadounidense nació y se consolidó gracias al gran apoyo que recibieron de las misiones de la California mexicana. La Nueva California recibió un amplio apoyo, material y humano, por parte de la Antigua California. Sin este apoyo la nueva provincia hubiera fracasado

Ensenada, B. C.

Cuando Estados Unidos se quedó con la Alta California, la nombró simplemente como “California”, ya que el término “Alta” perdió sentido. Los términos “Alta” y “Baja” no son nombres en realidad, son indicativos de lugar: Alta, “arriba de” y Baja “abajo de”, Para los estadounidenses el “Alta” perdió sentido porque la California de abajo ya estaba en otro país, y para ellos fue más importante destacar el apellido de su “California”, es decir, su nuevo nombre era ahora California, Estados Unidos.

Lo mismo debió haber hecho el Gobierno mexicano, ya que igualmente el “Baja” perdió su sentido, y así la península debió llamarse California, México. Y más debido al hecho de que el nombre de California surgió originalmente en la península, desde el año de 1535 ó 1536, y no llegó a la California estadounidense sino hasta 85 años después, a partir de la tercera década del siglo XVII. A diferencia de la California mexicana que su primer nombre fue ese precisamente, el de la California estadounidense no fue California, sino Nueva Albión, desde 1579, nombre que los ingleses insistieron en darle hasta los inicios del siglo XIX.

La California mexicana fue fundada como provincia novohispana en 1697 por los misioneros jesuitas. Unos 62 años después, en 1769, se estableció la hoy California estadounidense, igualmente como una provincia novohispana, es decir, mexicana. Sus fundadores fueron misioneros franciscanos y soldados novohispanos. Es a partir de ahí que a la primera provincia se le empieza a llamar Antigua o Baja California, y a la segunda Nueva o Alta California, esto por motivos de cronología y posición geográfica.

APOYO IMPORTANTE

La California estadounidense nació y se consolidó gracias al gran apoyo que recibieron de las misiones de la California mexicana. La Nueva California recibió un amplio apoyo, material y humano, por parte de la Antigua California. Sin este apoyo la nueva provincia hubiera fracasado.

Gracias a su ambiente natural más favorable, pronto la Nueva California se consolidó y desarrolló grandemente, mucho más que la Antigua California cuyo territorio árido imponía severas restricciones. Bajo el gobierno estadounidense la Nueva California llegó a tener un desarrollo extraordinario, lo que le ha permitido llegar a ser una de las economías más fuertes del mundo, mayor incluso que la mayoría de los países.

En buena parte, el conocimiento de la historia se ha ido olvidando, tanto en la California estadounidense como en la mexicana, pero especialmente en la primera. Muchos estadounidenses ignoran el origen de California, y en su prosperidad pretenden que el nombre sea exclusivo de ellos, tal como lo pretenden con el nombre de “América”.

Fue entre fines de los sesenta y principios de los setenta del pasado siglo XX que surgió desde la California estadounidense una marcada inclinación a llamar a la California mexicana con el simple nombre de “Baja”, esto reduciéndolo del nombre oficial de la península que es Baja California.

Esta tendencia estadounidense se empezó a dar por el hecho de que consideraban que sólo existía o debía existir una California; la de ellos, la de México no es California, es “Baja”, inferior. Como señala el gran historiador sudcaliforniano, don Eligio Moisés Coronado:

“A todas luces, dígase lo que se diga, el vocablo baja es denigratorio, infamante, desprestigioso, injurioso, ofensivo. Los anglosajones trasladan baja como lower, eso todo mundo lo sabe. ¿Y ya sabe todo el mundo que lower tiene para ellos el sentido de “más bajo”, “bajar”, “disminuir”, “rebajar”, “disminuirse”? Así que lejos están de dar esta denominación a nuestra tierra y a sus pobladores como expresión “de cariño” –como alguien decía tan ingenua como convencida o convenencieramente”.

Así, desde la California estadounidense fueron surgiendo muchos libros sobre “Baja” y muchos proyectos para desarrollar e invertir en la “Baja”, sobre todo de índole turístico, inmobiliario y comercial. Actualmente ya una gran mayoría de estadounidenses conocen a la península como “Baja” ignorando el hecho de que su verdadero nombre es California.

Como lo mencionaba también en la península hay muchos bajacalifornianos que ignoran la historia, y son cada día más, sobre todo en los sectores turístico inmobiliario, por lo que ya son años que se fue asumiendo el que los estadounidenses nos llamaran “Baja”. Esta tendencia a ignorar la historia peninsular ya tiene muchos años y es parte de los esfuerzos del Gobierno federal de ir borrando poco a poco el conocimiento de la historia, tanto la nacional como la regional. A la clase gobernante de México le interesa más un pueblo inculto, ignorante de su historia y sus valores, que lo contrario. Es más manipulable.

CONSECUENCIAS DE IGNORAR LA HISTORIA

Una de las consecuencias de ignorar la historia, y muchos otros aspectos que definen a las regiones, como la historia natural, la geografía, las tradiciones, etc., es un desamor por dichas regiones. Bien dicen que de la vista nace el amor. Del conocimiento nace el amor. No se puede amar lo que no se conoce, y un conocimiento pobre se traduce en un arraigo pobre sino es que en un desarraigo.

Por eso en la península se ha estado popularizando el término “Baja” como si este fuera su nombre, justificándolo como si fuera una marca comercial. Para mayor tristeza en los últimos años han sido los gobiernos de los estados peninsulares los principales promotores de que se nombre a la tierra “Baja”.

La popularización del término “Baja” deja ver lo tanto que se han dejado llevar los bajacalifornianos por una influencia estadounidense que no deja de ser nefasta en muchos aspectos. Como no pudieron quitarle a México la península, ahora están queriendo tenerla de otras maneras, y una es precisamente la de influir en sus identidades y tradiciones con el fin de abrir mercados y comprarla. La apropiación de las playas y costas por parte principalmente de estadounidenses es otra de las tendencias perniciosas para Baja California, al grado de que los bajacalifornianos están siendo excluidos del disfrute de la que se supone es su costa. Se trata de un tipo de apropiación que recuerda esos intentos de quitarnos varias regiones pretendiendo convertirlas en “repúblicas”, como el Texas y la Alta California. Ya advirtió sobre esto don Miguel León Portilla, uno de los más destacados historiadores de México y de la California mexicana.

SIGNIFICADO PROFUNDO

Para quienes amamos esta península, el nombre California tiene un profundo significado, ya que es parte de su esencia, de su identidad, y tiene que ver con sus raíces más hondas. El nombre es lo que nos da identidad y debería ser sagrado. Conservarlo, respetarlo y honrarlo es de la mayor importancia.

Esta tierra nació y creció con el nombre California y siempre ha sido una tierra de esperanzas, y precisamente recibió su nombre California surgido de una esperanza. No permitamos que esa esperanza se desvanezca por esa tendencia mercantilista que pretende que todo se puede vender o comprar, hasta nombre y esencia.

El nombre California nos recuerda a los antiguos indios, los californios, quienes durante un tiempo inmemorial supieron crecer aquí, a pesar de una geografía y una naturaleza tan adversa. El nombre California nos recuerda a esos osados navegantes del siglo XVI que fueron dando luz al perfil de México. Nos recuerda a los misioneros, quienes derramaron en esta tierra tantos sacrificios y tanto amor para que creciera. Nos recuerda a los soldados novohispanos y a los rancheros, que a pesar de tanto olvido y tantos sufrimientos permanecieron aquí para que esta tierra diera frutos. Nos recuerda a tantos inmigrantes que aquí vinieron y siguen llegando, y con su esfuerzo y mucho sacrificio han enriquecido y bendecido a esta tierra.

¿Cómo no sentirnos orgullosos de un nombre mágico, sagrado, California, que encierra y sintetiza la historia y devenir peninsular y todos los sueños, las esperanzas y los sacrificios de quienes la fundaron y la hicieron grande. El nombre California evoca esos valores con que tanta gente la fue forjando. ¿Cómo no sentirnos orgullosos de ese nuestro nombre, ligado a lo que hemos sido y hoy somos? Y queremos que siga ligado a lo que seremos. No nos dejemos llevar por otros caminos que no son los nuestros.

“Baja” sólo nos recuerda que hay quienes quieren apropiarse del nombre California que no nació con ellos. Nos recuerda la imposición de unas carreras depredadoras que año con año ocasionan un fuerte impacto a la bellísima naturaleza peninsular. Nos recuerda que la pretensión estadounidense de apoderarse de la península no ha cesado. Nos recuerda que hay mexicanos traidores que no dudan en vender esta tierra si eso conviene a sus intereses. Nos recuerda que hay quienes quieren que la rica historia de esta tierra se olvide y desdibuje, y lo están logrando. El término “Baja” nos recuerda a esos negociantes dispuestos a vender hasta a su madre. Nos recuerda a esa gente que no conoce su tierra, ni su historia, ni sus valores, y por eso no pueden amarla ni entenderla.